Crepúsculo
Éste era el momento del día en el
que más deseaba ser capaz de dormir.
pensamientos se concentraban en el trivial acontecimiento de
una nueva incorporación al
pequeño grupo de alumnos. No se necesitaba mucho
para provocar su entusiasmo. Había visto
«Cuando el papel me cortó el
dedo, solo salió una gota de sangre del
pequeño corte. Entonces, todo pasó muy rápido. "¡No!", rugió
Edward...
Aturdida y desorientada, miré la brillante sangre roja que salía de mi
brazo y después a los ojos enfebrecidos de seis vampiros repentinamente
hambrientos...»
Para Bella Swan, hay una cosa más importante que su propia vida: Edward Cullen.
Pero enamorarse de un vampiro es más peligroso de lo que Bella nunca podría
haber imaginado. Edward ya ha rescatado a Bella de las garras de un diabólico
vampiro, pero ahora, a medida que su arriesgada relación amenaza todo lo que es
cercano y querido para ellos, se dan cuenta de que sus problemas puede que sólo
estén empezando...
Eclipse
Todos nuestros intentos de huida
habían sido infructuosos.
Con el corazón en un puño, observé cómo se aprestaba a defenderme. Su
intensa
concentración no mostraba ni rastro de duda, a pesar de que le superaban en
número.
Sabía que no cabía esperar ningún tipo de ayuda, ya que, en ese preciso
momento, lo más probable era que los miembros de su familia luchasen por su
vida del mismo modo que él por las nuestras.
¿Llegaría a saber alguna vez el resultado de la otra pelea? ¿Averiguaría
quiénes habían ganado y quiénes habían perdido? ¿Viviría lo suficiente para
enterarme?
Las perspectivas de que eso sucediera no parecían muy halagüeñas.
El fiero deseo de cobrarse mi vida relucía en unos ojos negros que
vigilaban
estrechamente, a la espera de que se produjera el menor descuido por parte
de mi protector, y ése sería el instante en el que yo moriría con toda certeza.
Lejos, muy lejos, en algún lugar del frío bosque, aulló un lobo.
La segunda vida de Bree Taner
El titular del periódico me
fulminaba desde una pequeña máquina
expendedora metálica: SEATTLE EN ESTADO DE SITIO - VUELVE A ASCENDER EL
NÚMERO DE VÍCTIMAS MORTALES. Éste no lo había visto aún. Algún repartidor
habría pasado a reponer la máquina. Afortunadamente para él, no se encontraba
ya por los alrededores. Genial. Riley se iba a poner hecho una furia. Ya me
aseguraría yo de no estar a su alcance cuando viese el periódico y que fuera a
otro a quien le arrancase el brazo.
Me hallaba de pie en la sombra que proporcionaba la esquina de un destartalado
edificio de tres pisos, en un intento por pasar desapercibida mientras
aguardaba a que alguien tomase una decisión. No deseaba cruzar la mirada con
nadie, tenía los ojos clavados en la pared que había a mi lado.
Los bajos del edificio habían albergado una tienda de discos cerrada hacía mucho;
los cristales de las ventanas, víctimas del tiempo o de la violencia callejera,
habían sido sustituidos por tableros de contrachapado. En la parte
alta había apartamentos, vacíos -supuse-, dada la ausencia de los
habituales
sonidos de los humanos cuando duermen. No me sorprendió, aquel lugar parecía
que fuese a venirse abajo al primer golpe de viento. Los edificios al otro lado
de la oscura y estrecha calle se hallaban en un estado igualmente lamentable.
Amanecer
Había tenido a estas alturas de
mi vida un cupo más que razonable de
experiencias cercanas a la muerte, aunque desde luego no es algo a lo que
uno pueda llegar a acostumbrarse.
Parecía extrañamente inevitable el que sufriera otro nuevo enfrentamiento
con la muerte. Daba la impresión de que estaba marcada por el desastre. Había
escapado una y otra vez, cierto, pero continuaba viniendo a por mí.
Sin embargo, qué distinta era esta vez respecto de las otras.
Puedes huir de alguien a quien temes, puedes intentar luchar contra alguien
a
quien odias. Todas mis reacciones se orientaban hacia esa clase de
asesinos, tanto monstruos como enemigos.
Te quedas sin opciones cuando amas a tu potencial asesino. ¿Acaso es posible
huir o luchar si eso causa un grave perjuicio a quien quieres? Si la vida es
cuanto puedes darle y de verdad le amas por encima de todo, ¿por qué no
entregársela?
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